Ser docente: una búsqueda narrativa
Estrategias narrativas para aprender a pensar y aprender
Celerino Ruiz Ramos
René Cloir
Colegio Aguiñaga y Ediciones Palabra, México 2020
Prólogo
Ser docente en un marco de incertidumbre, complejidad y exclusión es un reto que muchos vivimos, pero pocos se narran. Entendiendo a la narrativa como espacio de formatividad, como dispositivo para recuperar saberes y construir conocimiento a partir de reconocer la trascendencia de la subjetividad en la formación y práctica docente. Partir de la recuperación del sujeto de la subjetividad que se narra, es una tarea imperiosa en un marco que prioriza la producción y consumo a destajo, donde desde los discursos hegemónicos, los sujetos en general y los docentes en particular nos hemos convertido en medios garantes de la sociedad globalizada actual.
En esta aparente inevitabilidad de una sociedad de mercado, que demanda estándares y competitividad, es que una obra como esta se convierte en un remanso desde donde podemos volver a los cimientos fundantes de la docencia; al reconocimiento de la inteligencia, de la creatividad, las pasiones, de las ausencias y presencias que los denominados profesionales de la educación vivimos en nuestro día a día en el aula en relación con los otros todos. Es decir, la recuperación de lo humano, de las paradojas de nuestro ser a partir de nuestro oficio docente. Oficio, sí, que a pesar de las lógicas productivistas de mercado ha sobrevivido.
Aún podemos Ser en presencia del avasallamiento que las Reformas Educativas de Tercera Generación han generado en nuestro día a día, pese a los discursos que interpelan el sentido histórico de nuestra labor, aún podemos contarnos desde nuestra docencia. Oficio que trasciende ante un contexto de responsabilidad social y descrédito, frente al individualismo de masas que pareciera invadir todas las esferas cotidianas y, especialmente a la educación formal, donde el discurso de la calidad ha imperado, pero que, a pesar de ello, en las aulas aún es posible la calidez y el encuentro. Es precisamente este marco contextual en el que hacemos docencia, el mismo que genera la urgencia de reconocernos y, por tanto, narrar nuestras historias. Nuestro Ser docente constituye el motivo por el que esta obra es clave y que convoca a narrar-nos, contar-nos y a partir de ello re -crear- nos, re-construir-nos, de-construir-nos porque estaremos abriendo la posibilidad de contribuir al saber pedagógico en el marco de la reflexión de nuestra propia práctica educativa.
Narrar-nos desde el oficio docente requiere entender nuestra formación como experiencia, como lo que nos pasa, nos impacta, nos impregna e implica. Significamos la experiencia a partir de la oportunidad de relatar historias sobre nuestra práctica docente como formas de interpretación en torno a los estudiantes, los padres de familia, los compañeros de oficio: nuestros mundos. Narraciones puestas en escritura, en presencia para re- descubrir- nos y proyectar – nos.
El Ser docente una búsqueda narrativa, está llena de palabras y silencios desde el tiempo propio que implica el estar al lado de, vivir el encuentro y desencuentro, el ser, el placer y la angustia, el cuidado del otro. Relación identidad-alteridad que nos convoca, nos toca y reta para re- valorarnos. Obra que nos recuerda que el relato en un texto escrito, significa mirarnos desde escenas que nos signan, nos hacen quienes somos, es decir nos dotan de vida. La propia estructuración del relato habla de nuestros sentires, sentidos y significados, del lugar que ocupa el otro y lo otro; del yo como sujeto de la subjetividad desde la comprensión e interpretación.
En las páginas de este libro descubrimos que cada uno de nosotros representa un texto y al escribir-nos podemos mirar nuestro ser como devenir, proyecto y posibilidad. Visión formativa que rompe con las perspectivas reduccionistas de la formación docente que, en la búsqueda de la eficacia y la eficiencia, convierten al sujeto en operario y a la formación en objeto de consumo. Perspectiva instrumental centrada en el qué y los cómo y, no, en los quiénes. La búsqueda narrativa se constituye en memoria pedagógica que rebaza esta propuesta instrumental de la formación y práctica docente. Páginas que nos cuestionan e invitan a detenernos para develar ¿quiénes somos cuando nos decimos docentes?, ¿cómo hemos llegado a serlo?, ¿qué podemos llegar a ser?
Es desde este marco que la búsqueda narrativa se constituye en un espacio de formatividad, tarea que trasciende la generación de docentes capacitados para la enseñanza, dado que los relatos se centran en la búsqueda de la comprensión del proceso de subjetivación objetivado en la oralidad del sujeto como soporte para la construcción de sentido.
Es así, como este trabajo logra documentar la labor docente con base en el acopio y la difusión pública de experiencias a partir de las que el autor nos- narra su proceso de subjetivación como producto de su apropiación del mundo de vida del que es protagonista. Además de compartir prácticas y saberes donde la voz docente se re-significa y transita de voces invisibles no dichas, a ser una propuesta político-pedagógica que al ser pronunciada enuncia y denuncia no solo un yo, sino un nosotros, porque la narrativa crea espejos a través del que es posible mirar-nos y convocar-nos.
Así, El Ser docente una búsqueda narrativa, piensa y refiere de otra manera la formación reconociendo y acompañando a los otros de la docencia desde el lugar protagónico que este oficio debe ocupar. De este modo, la presente obra constituye un compromiso formativo, valioso ejercicio desde donde podemos mirarnos. Los relatos que contiene se constituyen en andamiaje vivencial donde el autor nos comparte su trayecto, su implicación, su tiempo y su oralidad impregnados del siendo y haciendo con, desde y para los otros.
Agradezco la oportunidad de compartir mi voz con respecto a una obra que pone en el centro del escenario escolar y curricular al docente, sus experiencias de enseñanza, su ser, su identidad. Mi reconocimiento y admiración para el autor de Ser docente una búsqueda narrativa, por su capacidad para compartir de manera tan bella su posibilidad, su ser siendo desde una narrativa que provoca e inspira, regalándonos la oportunidad de concebir la práctica docente como una artesanía donde nos-otros/nos-otras artesanas/artesanos-Docentes somos los más indicados para posicionarnos como escritoras/escritores y des-velar la obra digna de Ser, Ser con ella y ser significada. Que estas páginas convoquen a muchos para narrar-nos.
Fabiola Hernández Aguirre
Diciembre de 2019