0 Mtra. María Eugenia Aguiñaga Alamilla
(1943- 2015)
Distinguida docente mexiquense, nacida en Tlalmanalco, Estado de México, en 1943. Abraza la docencia obteniendo el título de profesora de educación primaria en 1964; es distinguida con el título de Profesora de Educación Media con especialidad en Pedagogía, en 1989, y obtiene el grado de Maestra en Educación por la Universidad Interamericana para el Desarrollo, en 2009.
Durante su larga trayectoria académica, realiza infinidad de cursos de actualización pedagógica, un posgrado en Administración Escolar y estudios inconclusos de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde 1963 ejerció la docencia en instituciones de Educación Básica, Media Superior, Educación Normal y Educación Superior, como profesora frente a grupo, orientadora escolar y catedrática.
En la administración de la educación, se desempeñó con reconocida eficiencia y calidad como:
* Directora y catedrática de la Escuela Normal de Amecameca (1977-1987)
* Catedrática de la Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) sede Amecameca (1980)
* Coordinadora Regional de Servicios Educativos en la Región de Amecameca CRESE 08
* Jefa de Departamento Regional de Educación Básica Ixtapaluca
* Jefa de Departamento Regional de Educación Básica Amecameca
* Supervisora Escolar de Educación Media Superior
Pedagógicamente, siendo docente frente a grupo, destacó en su abordaje metodológico, siendo docente modelo en la instrumentación del Método Global de Análisis Estructural en la adquisición de la lecto-escritura, hecho que le valió fungir como difusora en el Estado de México de la entonces nueva metodología (década de los 70).
En su impacto como administradora de la educación (y pedagógicamente,) a finales de los 90 diseñó el Proyecto Académico “Aprender a construir, construir y transformar”, de sustento constructivista, con el que participó en la propuesta metodológica del Aprendizaje Operatorio con el Mtro. Juan Luis Hidalgo Guzmán ─fundador de la Casa de la Cultura del Maestro Mexicano A. C. Junto a la Universidad Pedagógica Nacional de Tlaxcala y a la Casa de la Cultura del Maestro Mexicano A. C., instrumentó parte de la propuesta de Aprendizaje Operatorio, cuya expresión se testimonia en el libro “Didáctica mínima” (Castellanos editores, 2001) del citado autor.
En el ámbito social, su preocupación por que los habitantes de la región oriente tuvieran acceso a la educación, le convirtió en una comprometida e incansable fundadora de instituciones educativas, entre las que destacan:
1 La Esc. Sec. por Cooperación 110 Luis G. Urbina T. V. (Chalco, 1975)
2 La Gestión del terreno y la construcción de las instalaciones de la escuela Normal 06 del Estado de México Amecameca, (1977)
3 El Jardín de Niños anexo a la Normal de Educadoras (Amecameca, 1985)
4 El Turno vespertino de la Esc. Preparatoria Oficial No. 30 (Chalco, 1988)
5 La Esc. Preparatoria Oficial del municipio de Tepetlixpa, 1988)
6 La Esc. Preparatoria Oficial del municipio de Ecatzingo (1989)
7 La Esc. Preparatoria Oficial del municipio de Chimalhuacán (1989)
8 El Turno vespertino de la ESTIC No. 58 de Valle de Chalco Solidaridad (1989)
9 El C.B.T.I.S de San Mateo Tezoquipan, Miraflores, Chalco (1991)
Esa intensa actividad educativa en la región de los volcanes, el impacto social de su fecunda labor pedagógica y la fundación de un gran número de instituciones, le llevó al reconocimiento público por “Vocación Magisterial y apasionada labor en beneficio de los educandos…” en voz del Lic. Emilio Chuayffet Chemor, Secretario de Educación, Cultura y Bienestar Social (SECyBS), en 1985.
Sin ser política por profesión, el impacto social de su labor le llevó a participar en la actividad política local y estatal durante gran parte de su vida, hasta ocupar una diputación en el Congreso de su estado y promover una obra pública sin precedente en la región de Amecameca y en el Estado de México.
Por todo ello, la Mtra. María Eugenia Aguiñaga Alamilla hizo de la educación un proyecto de vida y, de los educandos, la inquebrantable motivación de su profesión.
La sensibilidad humanista, el compromiso social y la lucidez pedagógica que hasta el último momento de su vida manifestó, son hoy un perenne magisterio y un ejemplo del ejercicio de la docencia y de la capacidad de la mujer mexiquense.
René Cloir (2016)